
El 30 de septiembre de 2010, además de representar un conflicto de orden socio-político. Nos posibilita entender cómo se configuraron cada uno de los procesos, a partir de la categoría de “imaginario social”, retomada por Cornelius Castoriadis.
En primer lugar, los imaginarios sociales o colectivos, se conforman
sobre una lógica que propone que nada de lo social puede ser conceptualizado solamente de forma objetiva, pretendiendo introducir la subjetividad en la creación de sentido. De ahí que se pueda entender el proceso de 30-S como una inmersión de sentido dentro del imaginario social del grupo sublevado.
Lo imaginario, según Catoriadis, no debe ser entendido como sinónimo de ilusorio, ficticio o propio de la especulación, sino que va a ser una posición de formas nuevas, posición no determinada sino determinante; posición inmotivada, de la cual no puede darse cuenta mediante la explicación causal, funcional o incluso racional. Además, los imaginarios, hacen parte del complejo de representaciones de un sujeto, lo configuran a "imagen y semejanza de su prójimo" o en otros casos a completa desemejanza. Los policías del 30-S se reconocían ciudadanos reclamando un derecho pero al mismo tiempo se enfrentaban contra otros ciudadanos.
Referencia: Castoriadis, Cornelius. La institución imaginaria de la Sociedad. 1975.