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domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Imaginario o real? Construcción de la imagen. Gustavo Garzón Guzmán.


Posterior al aparecimiento del movimiento Alfaro Vive Carajo en 1983, se promulgaron políticas de Estado, que tenían como objetivo la represión de la organización y toda manifestación contraria al gobierno de turno. Se constituyó una Ley de Seguridad Nacional enmarcada en una serie de dispositivos de represión para evitar vinculaciones con opositores políticos. Tales medidas produjeron el asesinato de algunos dirigentes y militantes de movimientos sociales y la desaparición de muchos otros. Entre ellos se habla de Gustavo Garzón Guzmán, un escritor residente en la ciudad de Quito y de quién se presumía tenía vinculaciones con el grupo subversivo antes mencionado.

Gustavo Garzón Guzmán desapareció en la madrugada del 10 de noviembre de 1990, desde entonces nunca se supo de él. En “Más allá de la transparencia”, una publicación póstuma de su obra, se incluyen relatos que dan cuenta de su pensamiento. La pregunta abierta en este caso es, ¿Cómo entendemos la realidad, cuando existen factores que construyen nuestro imaginario al respecto?

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Wilson Paccha: pintor lumpen.

Las exposiciones de Wilson Paccha se constituyen en una muy particular fábula de sí mismo, lo que incluye imágenes de una supuesta marginalidad. Los síntomas de una cultura que decae se esconden dentro de lo feo, lo cholo, lo vulgar y lo amoral, rebelándose en una creatividad que, a pesar de todo, sobrevive a la degeneración de nuestra herencia indígena, tan manoseada, tan exprimida y tan utilizada en todas las instancias: políticas, antropologías culturales y artísticas.

Su pintura, procaz y divertida, influenciada por los neo-expresionistas salvajes (transvanguardia europea y latinoamericana de los años 80) logran actualizar lo feo , convirtiendo su visión antropomórfica en el centro desde donde el artista lanza embates a nuestros pudores. Para ello, emite agresivos juicios de valor travestidos en situaciones aberrantes y en entidades deformes, verdaderas quimeras que se ríen de la incongruente belleza construida por el mundo contemporáneo, dejado que de su paleta de pintor surja ese sí mismo indígena que lo identifica.

Esta permanente confrontación entre el arte y nuestros orígenes sumada a la analogía estética que el artista elabora entre lo feo y su tan pregonada marginalidad, se evidencia en su vida y obra, colocándolo entre los pocos artistas ecuatorianos que trabajan en torno a la escenificación de un eterno performance. No son pocos los eventos artísticos y concursos nacionales donde ha participado, junto con sus acólitos de siempre, Jimmy Mendoza y Jorge Jáen, para burlarse de las componendas y estrategias del medio donde se desenvuelve el arte local.

Para componer su elaborada narrativa visual, Paccha ha utilizado simbolismos y alegorías que pertenecen a la cultura popular urbana. Estas imágenes, casi siempre en continua orgía, devienen en un cómic soez y machista que busca apabullar, escandalizar y triunfalmente, someter nuestro “gusto” por lo bello.

Referencia: Matilde Ampuero. Revista Diners, Año XXIX, N. 317, Octubre 2008.